jueves, 7 de octubre de 2010

El caminante y su sombra


Tercera entrada… sinceramente no era lo que tenía en mente, lo que tenía en mente era completamente distinto pero mi falta de idea y claridad mental para terminar las cosas, en este caso el texto, hicieron que lo termine dejando… por lo menos hasta encontrarle la vuelta, una resolución al menos decente, que no creo que nunca llegue, les soy sincero.

¿Y ahora qué hago? ¿Qué escribo? ¿Qué pongo? ¿Ya a la tercera entrada me quedo sin ideas? Sería lamentable y ridículo… ¿Para esto quería el blog? Claro que no, puse un freno al atosigamiento mental que me generaba a mí mismo y me puse a recordar  textos, partes de libros que leí, algunos que los llevo conmigo a todas partes, no el libro físico sino lo que me quiso trasmitir o por lo menos interpreté, se entiende, son libros que marcan o que me resultaron extremadamente interesantes. Ahí encontré un resguardo para esta tercer entrada.

Les presento a Nietzsche, no será la única vez que lo cite y estoy absolutamente seguro. Es un fragmento de “El caminante y su sombra” un libro muy interesante, pero agarrar esta clase de libros, filosofía en general, de la nada puede resultar chocante…. mucho más si se lee a este personaje. No es una persona alegre, tampoco da la imagen de simpatía, mucho menos de paz consigo mismo o felicidad, pero no demuestra la penumbra, la “mala onda” que muchos críticos enfatizan cuando se habla de este autor, te abre puertas a lugares que uno desconoce, te muestra planos o perspectivas nuevas, promueve la reflexión… es brillante. Sin más preámbulos les dejo esta charla de el caminante con su sombra:

La sombra – Hace mucho tiempo que no te oigo hablar, quiero ofrecerte la oportunidad de hacerlo.

El caminante - ¿Quién es? ¿Dónde habla? Parece mi propia voz, aunque más débil.

La sombra - ¿no te gusta tener la oportunidad de hablar?

El caminante – ¡Por Diós y por el resto de las cosas en que no creo! ¡La que habla es mi propia sombra! La estoy oyendo, pero no puedo creerlo.

La sombra – Supongamos que es así. No pienses más en eso. Todo habrá acabado dentro de una hora.

El caminante – Precisamente estaba pensando en eso cuando en un bosque cerca de Pisa vi unos camellos, primero dos y luego cinco.

La sombra – Será mejor que seamos pacientes con nosotros mismos, ahora que nuestra razón guarda silencio. De este modo, no usaremos palabras amargas en nuestra conversación ni nos pondremos evasivos si no nos entendemos. Si no se puede dar una respuesta completa, alcanza con decir algo, es la condición que pongo para charlar con alguien. En toda conversación larga, el más sabio dice por lo menos una locura y tres estupideces.

El caminante – Lo poco que exiges no es muy halagador para el que te escucha.

La sombra – ¿Tengo que adularte?

El caminante – Yo creía que la sombra del hombre era su vanidad, y que no haría esa pregunta.

La sombra – Si puede hablar, la vanidad del hombre no pregunta, como he hecho yo en dos oportunidades.

El caminante – He sido muy descortés contigo, querida sombra. Aún no te he dicho cuánto “me agrada” oírte, no solo verte. Ya sabes que la sombra me gusta tanto como la luz. Hace falta tanta luz como sombra para que un rostro sea bello, una palabra clara y un carácter bondadoso y firme. No solo no son enemigas, sino que se dan la mano amistosamente, y cuando desaparece la luz, la sombra se marcha detrás de ella.

La sombra – Yo detesto la noche tanto como tú; me gustan los hombres porque son discípulos de la luz, y me alegra la claridad que ilumina sus ojos cuando conocen y descubren. Yo soy la sombra que proyectan los objetos cuando cae sobre ellos el rayo solar de la ciencia.

El caminante – Creo que te he comprendido, aunque te expreses como lo hacen las sombras. Tienes razón: a veces los amigos como señal de inteligencia, intercambian palabras oscuras que para los demás son enigmas. Y nosotros somos buenos amigos. Basta de preámbulos. Pesan sobre mi alma cientos de preguntas y quizá disponga de poco tiempo para contestarlas. Consideremos rápida y tranquilamente de qué vamos a hablar.

La sombra – Las sombras son más tímidas que los hombres: supongo que no le dirás a nadie como se ha 
desarrollado nuestra conversación.

El caminante - ¿Cómo se ha desarrollado nuestra conversación? ¡Evitemos diálogos largos! Si Platón hubiera escrito menos diálogos, a sus lectores les habría gustado más leerlo. Una conevrsación agradable se convierte, escrita y leída, en un cuadro en que las perspectivas son falsas: todo es demasiado largo o demasiado corto. Sin embargo, quizá publique algo en lo que estemos de acuerdo.

La sombra – Eso me basta: todos verán tus opiniones y nadie pensará en la sombra.

El caminante – Quizá te equivoques, amiga. Hasta ahora han creído ver más a mi sombra que a mí mismo en mis opiniones.

La sombra - ¿Más sombra que luz?¿Es posible?

El caminante – No te apresures y conserva la seriedad, porque mi primera cuestión la exige.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La fuerza de los sueños


A lo largo de este blog se darán cuenta que no me gustan las introducciones, por lo tanto rara vez vean este 1er párrafo introductorio al tema en cuestión, que por más soso e inexpresivo que parezca es introductorio al fin.

Muchas veces ocurre que uno se imagina, desea o anhela algo y sucede, luego de que sucede se genera una felicidad casi inalcanzable, mientras más se desea una “cosa” (cosa: dícese del conjunto de palabras que pueden considerarse objeto de deseo) más felicidad se genera al conseguirlo, es muy complicado explicar que se siente, pero el hecho de alcanzar la plenitud en algún momento de la vida es algo inexplicable, y no todos tienen esa oportunidad. 

Ahora bien, ¿Qué pasa cuando uno no se detiene a soñar en algo porque lo ve sencillamente inalcanzable? Es decir que se tiene el deseo, el anhelo, pero no se tiene el sueño.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? no sé, tal vez me parezca un tema muy profundo, o tal vez Inception me dejó bastante marcado, o un poco de ambas que es lo más probable.

Creo que hay una relación directa entre los sueños y la felicidad, considero que la persona que no tiene sueños, tendrá más dificultades de ser feliz en su vida, no digo que NO lo sea, o que NUNCA lo sea porque no conozco todos los casos individuales y mi meta no es encontrar una verdad absoluta o refutar a alguien, simplemente no me interesa.

En la vida es complicado conseguir algo que se desea, (no digo nada nuevo me imagino que ya todos deben saberlo), mucho más difícil aún es conseguir todo lo que se desea, es aquí cuando el sueño toma un papel protagónico en la vida de uno. El sueño es nuestro viaje directo a la realización de ese anhelo, es el medio de poder vivir de alguna forma eso que tanto se desea.

Uno cuando sueña no tiene restricciones, no tiene ataduras, no tiene condicionamientos, se es absolutamente libre, el perderse eso me parece una falta sumamente grave hacia la propia persona, es una ofensa muy grave a la vida, perderse ese privilegio de poder imaginar, recrear lo que uno quiere es algo que no se puede suplir con nada.

La preponderancia que toma el sueño es de suma importancia, si uno no soñara, al no alcanzar o conseguir un deseo, no solo que no consigue saciar ese deseo, lo cual de por sí es una falta, sino que también se perdió la oportunidad de soñar. Se perdió esa oportunidad de lograrlo aunque sea en el sueño. Es ese resguardo, es esa 2da chance que existe y que nos damos nosotros mismos, es ese rincón en la mente en el cual ganamos, en la cual nosotros tenemos ese golpe de suerte, en el cual nos tocó a nosotros.

Algunos dirán, “pero si es solo un sueño”… “que tanto debería importarme un simple sueño?”, pues les digo que no sean tan cerrados, el poder de la mente va más allá de todo. En los sueños, a diferencia de la vida real, no existen los límites, el sueño vence la física, vence la lógica, alguno de uds alguna vez escucho decir a alguien "pero ese sueño es imposible, es inalcanzable", sería muy gracioso escuchar a alguien decir semejante barbaridad pero no creo que haya demasiadas personas que piensen de esta forma. Por eso, el sueño te da la posibilidad de reencontrarte con una persona que no vas a ver nunca más en tu vida, te da la posibilidad de viajar, de conocer, de ser feliz, de romper esquemas, de revertir una situación, de cambiar algo que se hizo… un sueño lo puede todo.

No importa si estás despierto o dormido, simplemente cierra los ojos y sueña...

PD: mi idea es después de cada entrada al blog recomendar una canción, un tema, en este caso es Ludovico Einaudi - Primavera
PD2: miren Inception (El Origen)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Presentación

Hola.

Después de tantas idas y vueltas, dudas, inseguridades me decidí a crear un blog. Es contradictorio pero lo bien que me siento escribiendo se esfuma con lo que mal que me siento al saber que otra gente leerá lo que escribo, además de ser completamente crítico conmigo mismo, posiblemente reescriba este 1er párrafo muchas veces y no me termine gustando, en fin.

Soy una persona que se pregunta muchas cosas acerca de todo, preguntas que en algunos casos son sin sentido y otras (su mayoría) con el fin de encontrar la respuesta o el siginificado a algo, por ejemplo ahora ¿Cuál es el fin de crear un blog? ¿Qué lleva a las personas a crear un blog? ¿Qué clase de personas crean un blog? Bueno, después de pensar un tiempo he llegado a una conclusión, lejos está de que sea verdad o se corresponda con todos los bloggers, pero a mi por lo menos me dejó conforme.

Las personas tenemos una sensación de canalizar sensaciones, sentimientos, todas y todos pasamos por esto, algunos canalizan a través de la música, el deporte, la familia, etc, etc... y otros a través de la escritura. No me considero un gran lector, pero a lo largo de mi vida he leído libros de algunos autores y en algunas ocasiones puede observarse un patrón, el de un personaje que se corresponda con el autor, el hecho de decir lo que se piensa respecto a un tema, etc, etc. El autor canaliza algo que piensa a través de un personaje, el personaje sería una especie de chivo expiatorio del autor, y así, el autor se libera de esa gran carga de tener algo que decir y no animarse a decirlo por miedo, verguenza o cualquiera que sea la causa.

Por otro lado tenemos las personas aficionadas a la Literatura que juegan a ser escritores, que disfrutan del arte de escribir y sueñan con un día llegar a trabajar de eso y ser reconocidos.

También existen las personas que necesitan alimentar su ego, necesitan tener a personas que las les comenten los artículos, tener miles de seguidores, como si fuese una competencia de quien tiene más amigos en facebook o mas "followers" en twitter, tal vez sea inseguridad o necesidad de alimentar su narcicismo, en fin es problema de ellos y escapa a mí análisis inicial.

Y después están los internautas aficionados, esa clase de gente que pasa gran parte en Internet y no quiere que se le escape nada, tiene su cuenta en Facebook, Twitter, casi todas las redes sociales, tiene mail de muchas cuentas, participa activamente en foros, está al día de los videos o novedades en Youtube y como le genera gran curiosidad tendrá su Blog, que tal vez termine abanadonando en un futuro cercano sino llega a interesarle luego de haberlo probado.

En que parte entro yo? creo que me identifico más con el 1er estereotipo mencionado. No del todo, pero si en gran parte. Muchas veces entro en un ciclo y paso muchas veces por lo mismo, esto sería un ayuda memoria, cuando tenga un problema o una duda que haya tenido anteriormente no analizaré PRO y CONTRA de las distintas alternativas, en lo posible miraré la nota escrita al respecto y será mi punto de partida para la conclusión, no digo que la conclusión sería la misma a la anterior ya que el contexto y el momento de cada uno afecta directamente a lo que uno cree.

En fin, creo que fui demasiado extenso para un 1er post, así que a lo largo de la vida de este blog postee cosas que me llamen la anteción, situaciones extrañas, situaciones que conciernen a la naturaleza del ser humano, mis pasiones, será un popurri interesante.

Sin más por agregar me despido hasta el próximo Domingo.